La boquilla es uno de los factores críticos en la producción del sonido del trombón. Hay muchas combinaciones y tamaños. Para la elección de una boquilla hay que tener en cuenta las características individuales, físicas y mentales de cada instrumentista. También hay que tener en cuenta factores como la posterior utilización: jazz, solista, música de cámara, ensemble etc...
A la hora de buscar una boquilla no hay que buscar una boquilla “mágica”, sino simplemente una que se adecue a nuestras necesidades.
El cambio de boquilla es algo que puede perjudicar si no se realiza con mucha cautela y precaución. Sobre todo hay que hacerlo sin prisas y bajo la supervisión de un profesional, dándole tiempo a la adecuación de la nueva boquilla. Aunque (bajo mi opinión) cuantas menos veces se cambie mejor, sólo se debe cambiar cuando la que tenemos no se adecue a nuestras necesidades.A la hora de elegir la boquilla lo primero que tenemos que tener en cuenta es el tipo de labio que tenemos.
La estructura básica de los labios es el factor más crítico a la hora de elegir la boquilla. El tamaño y el tipo de labios de un instrumentista es lo que decidirá el diámetro interno del aro. Elegir un correcto diámetro de aro es el principio para elegir una buena boquilla. El problema de esto es que no hay un criterio único que pueda valer para todos. Si fuera tan fácil como medir unos parámetros físicos, los mitos y misterios que rodean la elección de la boquilla desaparecerían. Se trata más de una amalgama de criterios entre los cuales se debe decidir.
Aspectos de la boquilla para ayudar a lograr:
- Registro agudo: disminuir el diámetro y la profundidad de la copa. Usar granillo pequeño.
- Registro grave: Aumentar el diámetro y profundidad de la copa. Usar un granillo grande.
- Sonido oscuro: copa profunda en forma de “V”
- Sonido brillante: copa poco profunda y redondeada, en forma de “U”
- Staccato: agudizar el filo interior del aro.
- Flexibilidad y ligados: redondear el lado interior del aro.
